Que en horas en que nos sentimos perdidas u olvidadas, Dios amoroso, recordemos: “Aunque todos te olviden, yo nunca lo haré. He grabado tu nombre en la palma de mi mano”.
Espiritualidad
Nosotras, las Hermanas de la Misericordia de las Américas nos angustiamos por los sufrimientos de nuestras hermanas y hermanos en todo el mundo y por la Tierra misma.
«…un ardiente deseo de estar unida a Dios y de servir a los empobrecidos…» —Carta de Catalina McAuley al Rdo. Geraldo Doyle, 5 de septiembre de 1836
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Desde nuestra fundación porCatalina McAuley, la acción y la contemplación han sido el corazón de la vida de la Misericordia.
En respuesta a preguntas sobre requisitos de entrada para las mujeres interesadas en llegar a ser Hermanas de la Misericordia, Catalina escribió que, entre otras cosas, ellas deben mostrar «un ardiente deseo de estar unidas a Dios y de servir a los empobrecidos».
Nosotras vemos en Catalina una integración de la acción y la contemplación como movimientos recíprocos que dan energía a una vida de oración y servicio.
Catalina instó a sus seguidoras con estas palabras: «Nosotras deberíamos ser como el compás que gira sin salirse de su centro. … Nuestro centro es Dios, manantial de quien brotan todas nuestras acciones y ninguna acción externa debería separarnos de Él».
Enseñanzas como ésta indican la manera en que la acción y la contemplación interactúan en nuestras vidas de servicio hoy. Sencillamente dicho, la vocación de las Hermanas de la Misericordia es poner las necesidades de nuestro mundo y ministerios en nuestra oración y llevar a nuestros ministerios, corazones centrados en Dios.
Como Hermanas de la Misericordia, arraigadas en la espiritualidad de Catalina McAuley, nosotras abrazamos vidas tanto de oración y de servicio. En nuestros momentos de oración, nosotras reconocemos la misericordia de Dios en nuestra vida diaria y respondemos ofreciéndonos nosotras mismas para ser una presencia misericordiosa y recurso para los demás. Nosotras hacemos esto a través de nuestro ministerio en parroquias, hospitales, escuelas y universidades, y en nuestros centros de retiro.
Para las personas interesadas en explorar su espiritualidad, en profundizar su relación con Dios, en encontrar una oportunidad de paz e inspiradora para la reflexión, o simplemente en buscar oración diaria, nosotras tenemos una variedad de experiencias espirituales y recursos que ofrecerles.

Las personas que están tratando de darle sentido a una experiencia de vida o anhelan una relación con Dios más profunda, pueden buscar la ayuda de una directora espiritual.

Las Hermanas de la Misericordia auspician centros espirituales y de retiro a lo largo y ancho de los Estados Unidos y en algunos paÃses de Centro América.

