Que en horas en que nos sentimos perdidas u olvidadas, Dios amoroso, recordemos: “Aunque todos te olviden, yo nunca lo haré. He grabado tu nombre en la palma de mi mano”.
Responder a la llamada de servir a los necesitados de nuestro tiempo.
Inspiradas por la vida de Jesús y por nuestra fundadora Catalina McAuley, las Hermanas de la Misericordia promovemos un mundo más justo que respete los derechos de la gente empobrecida, enferma y carente de educación. Las Hermanas de la Misericordia somos mujeres de fe que comprometemos nuestras vidas a Dios y nuestros recursos para servir, abogar y orar por los necesitados por todo el mundo.
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Las Hermanas de la Misericordia de las Américas elogian la decisión de la Corte Suprema de rechazar el esfuerzo del Presidente por acabar con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, son sus siglas en inglés), dictaminando 5-4 que la rescisión del programa por parte del gobierno era «arbitraria y caprichosa».
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